lunes, 27 de febrero de 2012

El Rancho de Rosas...una reliquia para visitar!



"Su estructura exterior, su techo de paja, el trabajo artesanal de sus techos interiores, están cargados de historia. Imposible dejar de visitarlo, de introducirse en la intrincada historia del federalismo argentino, de enconados debates, de la actualidad del pensamiento de su dueño, de la época, de caudillos, de Los Colorados del Monte, de roja pasión… un rancho que hace historia, que es historia..."



La construcción, que podemos visitar en San Miguel del Monte, perteneció realmente a Rosas. No se encontraba donde se la ve en la actualidad, sino en la Estancia de Los Cerrillos, que estaba a unos 30 kilómetros de distancia y era un verdadero fuerte protegido por pozos y cañones .Actualmente es la única pertenencia de Rosas que quedó en pie y fue construido hacia 1817.  Con posterioridad perteneció por más de un siglo a la familia Bemberg, propietaria de “Los Cerrillos”, hasta 1987, año en que fue trasladado hasta su emplazamiento actual sin que sufriera ningún tipo de daño y sin haber sido desarmada.

En una tarea que demandó dos meses de intensa labor y en la que trabajaron arquitectos, ingenieros, técnicos y un equipo de operarios, se procedió a extraer de cuajo el rancho, asentado en la estancia.
  Las tareas comenzaron el 1 de octubre de 1987 y culminaron el día 31 de diciembre del mismo año.

  Debajo de las paredes del rancho se construyeron tres vigas de concreto de 25 metros de largo y 8 cruzadas de 8 metros de ancho por 0,6 metros de alto.
  Se usó para trasladar esta estructura un carretón de 120 ruedas con suspensión individual. 


Es quizás uno de los pocos ranchos pampeanos que se conservan en tan buenas condiciones, además del agregado de que en su interior, Juan Manuel de Rosas delineó, pensó, parte de las políticas que lo convertirían en uno de los hombres más influyentes de la segunda mitad del siglo XIX. Desde algunas de sus habitaciones esperó para emprender su “Campaña al Desierto” en 1833 y en sus alrededores quizás Encarnación jugó con Manuelita, en una cálida tarde de septiembre. Este rancho también fue testigo entre otras cosas, del nacimiento de milicias rurales (Los colorados del Monte), que participaron en las luchas de las provincias defendiendo las instituciones.





Al llegar nos recibió una amable señora que nos guió por el recorrido, contándonos toda la historia del rancho
El techo fue realizado, por los indios pampas,  con caña de tacuara y palmeras atadas por tientos de potro.  Cubierto exteriormente con esparto y la interior con espadaña que da solidez al armazón. Las paredes son de adobe relizadas con la siguiente técnica:Se macera la tierra con agua en un período prolongado de tiempo que varía desde pocos días hasta un mes.  Para ello se realiza un pisadero con caballos, tratando de que el mismo siempre tenga agua.
La estructura se resuelve con palos hincados en el suelo, para lo que se utiliza madera dura, posteriormente se une la estructura con alambres o tientos a modo de hilado, de los cuales se colgarán los chorizos.
Los chorizos se confeccionan con manojos de pasto esparto, bien embebidos en el barro.  Luego se cuelgan de la hilada por la parte media de su longitud, de modo que los extremos cuelguen, y se retuercen entre si y montan y abrazan a la hilada inferior, cuyos extremos se entierran en el piso.  Las paredes laterales se llaman costaneras y las que conforman el triángulo, mojinetes.
Se completa la técnica con revoques con barro y trozos de paja.  El revoque se realiza tirando la mezcla con la mano y utilizando la misma a modo de fratacho.
Las ventanas poseen rejas de hierro, como otra barrera de protección contra los malones. Además todas las habitaciones tiene puertas hacia el exterior de manera de no circular sólo por dentro.
Aquí podemos ver un piso de ladrillos, que a pesar de ser del 1800 no es original.; ya que  el piso era de tierra apisonada que como método de higiene se regaba y se barría.
Detalle del techo
Maqueta de un fortín
Aquí se puede apreciar el ancho de las paredes que en algunos casos llega a 45 cm.
Las puertas son realmente bajas y colocadas en "zig-zag", como medio de protección a la llegada de los malones. Ya que el indio, al de baja estatura, atacaba siempre subido al caballo. Con este tipo de puertas tenía dificultad para pasar  y movilizarse dentro del rancho!
 Llaman la atención las puertas y ventanas de poca altura, cuya función era proteger a los moradores de que algunos de los integrantes de los malones de indios pudieran entrar en la casa con caballería incluida. Otra razón por la que las puertas tenían poca altura era porque el promedio de la estatura de los hombres de esa época era mucho menor que el actual, 1,55-1,60 metros contra 1,75 actualmente. El color rosado de las paredes de debe a que en aquellos años se pintaba con una mezcla de leche de vaca con sangre de animales carneados, generalmente vacunos. La mezcla del color rojo con el valor blanco resulta en rosa. La leche recién ordeñada le daba propiedades impermeabilizantes a esa pintura de la época, que no era rosa por casualidad, ya que Don Juan Manuel, había decretado que, en honor a su apellido, todas las casas debían estar pintadas de color rosado. También se utilizaba la cal para pintar, que tiene propiedades antisépticas, desinfestantes y desinfectantes, lo cual se sabía desde hacía ya mucho tiempo.  .
Hermoso cuadro que resume la vida de Rosas. Sobre el piso un banco  realizado de cadera  de vaca , que demuestra la baja estatura de los hombres de aquella época. Este tipo de asientos eran utilizados por el gaucho para sentarse a tomar mate.
Mangrullo
Placa recordatoria
Colorados de Monte

  El jinete usa chuleta a lo federal, viste gorro de manga, camisa y chiripá de bayeta colorados, el calzoncillo es blanco, las botas de potro, despuntadas y las espuelas de plata. Su armadura es el sable, la lanza enastada en tacuara con borla roja y las boleadoras atadas a la cintura.

  El caballo, enjaezado con cabezada de plata con riendas de cuero sin curtir, sólo sobadas con bombas y pasadores del mismo metal, luce la frentera federal y en la cola un moño rojo llamado colera; su recado es el común usado en el campo en aquella época.

  El soldado del Quinto Regimiento de Caballería creado por Rosas, no necesita más presentación que la de su uniforme, su caballo y su nombre: Los Colorados del Monte, para que un sinnúmero de adjetivos y anécdotas se hagan presentes para describirlo. Este cuerpo de milicianos fue formado y sostenido por Rosas, primero para preservar sus bienes y luego para actuar cuando el orden y la ley se vieran amenazados.

  Los Colorados del Monte, ligados por su nombre con el sitio que los vio crecer, estuvieron presentes en cada hora decisiva que vivió el país. En junio de 1820 salen a defender a Buenos Aires contra el alzamiento del coronel Pagola; en agosto tienen la participación más decisiva en la lucha donde son vencidas las fuerzas de Ramírez y López en Pavón. Vuelven a combatir en Buenos Aires el 5 de octubre en la célebre jornada en la que liberan a la ciudad de los amontados restableciendo el orden. Por la disciplina mostrada en estas intervenciones se ganan el reconocimiento y respeto de toda la ciudad. La población los aplaude. El periodismo (a través de Fray Francisco de Paula Castañera).

  Con el alzamiento de Lavalle en diciembre de 1828, llega el momento de una nueva intervención de los Colorados en las cuestiones nacionales; pelean en Navarro, en Pergamino, en San Miguel del Monte, en Las Vizcacheras, en Puente de Márquez y otra vez auxiliando a Buenos Aires.

Como locales y con todo el apoyo de su pueblo, la gente de San Miguel del Monte, son la columna vertebral de la expedición al desierto en 1833. llegará 1839 y su actuación en Chascomús contra la revolución de los Libres del Sud. Después serán Santa Fe, Córdoba y La Vuelta de Obligado. En todas estas acciones Los Colorados del Monte estuvieron junto a su jefe y creador, cayendo junto a él cuando fue vencido el 3 de febrero de 1852 en Caseros.

  En más de 20 años de existencia, este cuerpo militar contó con verdaderos talleres de maestranza que trabajaban el cuero para aprovisionarlo de los elementos para la tropa y los aperos para la caballada; también se fabricaron mahorras, regatones, lanzas, estribos, espuelas y el vestuario mismo.

  Las instrucciones que el Carancho González transmitía y cumplía muestran el cuidado que Rosas esperaba que se tuviera en la elección de la caballada.

  San Miguel del Monte fue sede del cuartel militar de un ejército regular de la provincia de Buenos Aires: Los Colorados del Monte, aunque una vez dejados sus uniformes debieran vigilar sus campos, sembrar su trigo y cuidar sus animales.

  En 1979 (159 años después de su primera aparición pública), este escuadrón reaparece en Monte con una formación simbólica creada el 18 de noviembre. En mayo de 1994 se presenta en el Senado de la Nación un proyecto para autorizar a la provincia de Buenos Aires la creación de una Guardia de Honor para el Gobernador, formada por los Colorados del Monte en homenaje a la labor cumplida en la historia provincial. Sus miembros debían ser preferentemente nativos residentes en el partido de Monte.

  

Busto del Restaurador

Un tinglado lo protege de la inclemencias del tiempo. 






4 comentarios:

  1. Patri, gracias por las fotos, por la investigación, por llevarnos a pasear con vos, por lugares, por tiempos e historias

    ResponderEliminar
  2. Excelente Patri, No es solamente disfrutar el paseo viendo fotos sino apreciar cada relato, de paso se aprende...Muy ingenioso el método de las puertas y ventanas bajas para que el indiaje no entrara a caballo.
    Me encanta como te quedó la publicación, Felicitaciones!!!
    Besos!!!!!

    ResponderEliminar
  3. Gracias Su!!! me ayudó mucho tu explicación!!! de a poco me iré perfeccionando

    ResponderEliminar